Termina este año y esperamos que hayáis cumplido con los objetivos que os propusierais, incluso con esos pequeños retos que te marcaste a principios de año. Siempre es positivo marcarse retos y hacer lo posible para realizarlos.
Ahora, haz una lista de todos estos objetivos. ¿Están todos vinculados al trabajo? Si es así, puede que seas un adicto al trabajo y todavía no lo sepas. Os lo vamos a explicar con sumo detalle en este artículo. Aquí, os enseñaremos qué significa ser “un workaholic”, cuáles son sus características y síntomas. Por supuesto, os hablaremos también de cómo superar los trastornos derivados de esta patología.
Trabajar mucho está muy bien considerado por la mayoría de la sociedad, sobre todo en los tiempos que vivimos. Siempre se habla de producir y producir vamos y, cuando se habla de valorar a una persona, su dedicación al trabajo parece ser su pilar central.
Precisamente, el problema es cuando el trabajo ocupa el epicentro de nuestras vidas, restando la importancia necesaria a otros aspectos de la vida, como puede ser la familia, la vida social o el ocio, ¿no te parece?
Es más, diversos estudios señalan como los hijos de adictos al trabajo recuerdan su infancia con dolor ante una figura paterna o materna ausente. Asimismo, se establece que el número de divorcios tiende a ser mayor cuando uno de los dos es workaholic
Características de un Workaholic
Principalmente, hablamos de una persona donde el trabajo ocupa todas sus preocupaciones, quitándole importancia a otros aspectos como la vida social o familiar, hasta el punto de minimizarlos.
De esta manera, el adicto al trabajo presenta diferentes problemas de conducta y un diagnóstico claro de su adicción. La conducta de un adicto al trabajo se puede hacer visible mediante muchas cuestiones que vamos a resumir a continuación:
- Es frecuente que se vayan más tarde del trabajo que lo que marca su jornada laboral.
- Se llevan el trabajo a casa, aunque no sea obligatorio, incluso en fines de semanas o vacaciones.
- Suele recurrir al trabajo como tema único de conversación.
- Siempre da la sensación que le falta tiempo para hacer más tareas.
- Incapacidad para delegar tareas a sus compañeros.
- Control excesivo y exigencia con sus tareas, mostrando frustración cuando no consigue los resultados esperados.
Perfil de un Adicto del Trabajo
Como se puede ver, la conducta está clara en este tipo de adictos, donde se determina que alguien que tiene el trabajo como único fin en su vida es alguien excesivamente controlador, ambicioso o narcisista. De esta manera, se pueden definir hasta tres tipos de adictos al trabajo.
Complacientes
Se trata de un perfil menos ambicioso y más sociable del que se suele tipificar en este tipo de adictos. Su principal obsesión reside en obtener el reconocimiento de jefes y compañeros de trabajo. Suele ser un perfil que suele callarse sus problemas “por no molestar”.
Controladores
En este caso, hablamos de un perfil de alguien independiente y ambicioso, por lo cual odian perder el control y no les gusta delegar. Por norma general, muestra irritabilidad y ansiedad cuando desciende su productividad.
Narcisistas
Hablamos de una persona que se encuentra desequilibrada emocionalmente, llegando a despersonalizar la situación si se vuelve tensa, mostrando un claro patrón de egocentrismo.
Según algunos estudios, este tipo de patologías se muestran más en varones de 40 a 50 años, dentro de diferentes sectores como puedan ser la medicina, la abogacía, el periodismo o el mundo directivo y que suele vivir en ciudades.
Síntomas de la adicción al trabajo
Esta adicción suele presentar diferentes síntomas que ayudan a hacer un buen diagnóstico del problema a tratar.
Problemas cognitivos
El adicto al trabajo presenta un cuadro de ansiedad e irritabilidad, así como tristeza o depresión, ante la necesidad de dedicarle más horas a su trabajo, provocando un incremento de preocupaciones relacionadas con su rendimiento.
Problemas fisiológicos
También se pueden notar diferentes síntomas de carácter fisiológico, como puede ser el estrés, el insomnio, dolores de cabeza, disfunciones sexuales o tensión muscular. A largo plazo, también puede provocar hipertensión y otros problemas cardiovasculares.
Qué hacer para superar la adicción al trabajo
Si después de ver todos estos datos, piensas que eres un adicto al trabajo, lo mejor que puedes hacer es tratar con un profesional de la salud mental para determinar si es así, en primer lugar, y luego ponerle una solución a largo plazo.
Para ello, sería necesario realizar una introspectiva que recorra la trayectoria vital del paciente, ya que la adicción al trabajo, como otras adicciones, suele ser una respuesta ante ciertos déficits de afecto.
De la misma manera, sería necesario trazar un plan de adaptación a nuevos hábitos que incluyan el ocio con familia, amigos e hijos.
Dentro del trabajo, el principal problema a atacar sería el de saber priorizar lo urgente de lo que no es, con el fin de seguir siendo un buen profesional, sin tener que dedicarle tanto tiempo a ello.
En el caso de no conseguir por nuestros propios medios superar la adicción, es necesario tratarla con un especialista. Efectivamente, hay psicólogos que están especializados en adicciones.