La tarea del empresario es muy ardua. Mucho más de lo que la gente piensa. Lo mismo sucede con aquellos puestos de gestión o dirección. Parece que no hacen nada, pero al final tienen que tomar decisiones muy complejas y estar pendientes de muchas cosas al mismo tiempo.
La producción, la motivación del equipo, bienes amortizados, etc. Números y más números que hay que cuadrar para que el negocio salga adelante.
Pero además de los aspectos internos de la empresa, existen otros factores externos que pueden afectar a nuestra empresa. Nuevas leyes o apoyos institucionales, ¡o justo lo contrario!
Siempre hay cuestiones ajenas a nuestra dirección que no podremos controlar, aunque no por ello debamos de estar preparados para tomar una decisión en consecuencia.
Una de las cuestiones externas que más nos afectan son los movimientos de nuestra competencia. Por eso, haciendo un buen análisis de de competencia, tendremos una información muy valiosa para saber cómo funciona el mercado y qué podemos hacer nosotros para seguir creciendo.
Determinar la competencia
El primer paso es precisamente saber cuáles son nuestros competidores. Si llevas mucho tiempo trabajando en el sector, es muy probable que te surjan de primeras varios nombres para elaborar la lista de tu competencia.
Aunque sea así, ten en cuenta que estamos en un mercado que cambia a cada segundo. De un día para otro, te puedes encontrar con un nuevo competidor que trastoque tus planes.
Para empezar, lo más sencillo lo podemos encontrar en la red por tus productos y servicios y ver qué páginas aparecen en los resultados de búsqueda.
Haz diferentes búsquedas, cuantas más mejor, en el buscador y así podrás obtener un listado de empresas mucho más amplio y rico para tu estudio de competencia.
Otro punto interesante es saber diferenciar a la competencia directa, de la indirecta. Ambas son muy importantes porque afectan al mercado en el que nos movemos.
Así, la competencia directa corresponde a aquellos negocios que venden exactamente los mismos productos o servicios que nosotros, mientras que la competencia indirecta a los negocios que ofrecen productos o servicios sustitutivos y que ocupan las mismas necesidades que el consumidor.
Datos básicos a averiguar de tu competencia
Ahora, toca recabar los distintos aspectos de cada uno de los competidores y así poder situar a nuestro negocio dentro del sector. En este sentido, hay que pensar en los diferentes aspectos que pueden afectar en mayor medida a nuestro negocio.
Precio de los servicios o productos
El consumidor se mueve mucho por el precio de los servicios. Es una realidad. La crisis ha hecho que miremos cada céntimo. Por eso, hay que conocer muy bien si el precio del mismo servicio o producto que comercializan es superior o inferior.
Estado financiero de la empresa
A través de diversas empresas como Einforma o Asexor, puedes averiguar cuál es la situación económica de tus competidores.
Proceso de venta
Otro dato interesante para conocer mejor a tu competencia es saber cómo es el proceso comercializador de la empresa. Saber cuáles son sus mecanismos dentro del proceso de venta te ayudará a comprender mucho más la situación del mercado.
El estudio de todos estos factores dependerá del tipo de negocio en el que te muevas. Así, no es lo mismo estudiar un negocio físico, donde sus ventas se hacen de manera presencial, que una empresa que sólo trabaja en la red, donde sus fuentes de ingreso se producen en Internet.
Análisis de datos de competencia
Una vez tengamos todos estos datos, sólo queda organizar la información para poder obtener las mejores conclusiones.
En este sentido, lo mejor es realizar una tabla de puntos débiles y fuertes de cada negocio, para así poder situar nuestro negocio dentro del sector. Podéis seguir un esquema similar al de un análisis DAFO para comprenderlo de forma más rápida e intuitiva.
Con todo esto, esperamos que hayas resuelto algunas dudas acerca de cómo analizar a tu competencia. ¿Estás preparado para ello?