Muchas veces leemos sobre planes de empresas y no sabemos muy bien por dónde empezar.
Cogemos ideas de otros negocios o vemos qué es lo que han hecho algunos negocios de gran éxito e intentamos imitarles. Incluso podemos ver los errores de planificación que han cometido otras empresas para saber qué no hacer.
Otra opción es ver una serie de consejos, como los que vemos en este artículo, que nos pueden servir para orientarnos, pero lo único cierto es que el plan de tu empresa lo tienes que definir tú y nadie más.
Sólo tú conoces al 100% tu negocio y la capacidad de que todo finalmente funcione. Queda claro, ¿no?
Por eso, desde CN Parque Grande queremos mostraros los pasos para crear un plan de empresa exitoso. Los ingredientes necesarios para que tu empresa cumpla con los objetivos marcados.
Si lo que te estás planteando es saber si tu idea de negocio es buena o no, te recomendamos que leas primeros este post sobre los pasos a seguir antes de abrir un negocio, donde abordamos la idoneidad de plasmar esa idea en un negocio viable.
En este artículo, damos ya por entendido que la idea de negocio es viable y que todos estos aspectos ya se han cumplido satisfactoriamente. Ahora bien, ¿cómo diseño un buen plan de empresa?
¿Qué es un plan de empresa?
Si la idea de negocio muestra un estado “embrionario” de todo el proyecto, el plan de empresa es mucho más complejo. De hecho, la idea de negocio debería de incluirse dentro del propio plan de empresa, ya que aborda cuestiones fundamentales como el análisis de mercado al que nos queremos dirigir.
Lo primero que debemos de indicar es que no existe un modelo concreto de plan de empresa que funcione o no.
Sin embargo, los objetivos de un plan de empresa riguroso sí que son realmente claros.
Objetivos de un plan de empresa
Por un lado, nos sirve como análisis sobre todos los condicionantes que puedan afectar a nuestro negocio y que ayuden a corroborar la viabilidad técnica y económica del mismo. Un estudio que nos permitirá evaluar el estado de la empresa y los posibles escenarios a los que se enfrentará en una trayectoria determinada.
Por otro lado, el plan de empresa nos sirve como una excelente carta de presentación para conseguir diferentes ayudas económicas, ya sea mediante inversores privados o subvenciones de la Administración Pública.
Utilidades para crear un plan de empresa
Ante todo, debes siempre tener presente que la utilidad principal que deberás utilizar es tu propia mente, que debe estar alimentada por tus experiencias, tu imaginación y tu ilusión por el nuevo proyecto.
A continuación te presentamos cuatro herramientas que te brindarán un apoyo esencial en el proceso de creación de un plan empresarial.
Lo primero de todo es conocer tus actitudes emprendedoras. Con este autodiagnóstico de actitudes emprendedoras podrás hacer un profundo auto examen de tus cualidades personales para emprender. El diseño de esta aplicación se ha basado en la experiencia de casi un centenar de emprendedores de éxito, gracias a los cuales se ha conseguido definir una serie de perfiles para poder dirigir a cada usuario en concreto las recomendaciones adecuadas y tratar de guiarlo en el complejo camino emprendedor.
Después de conocer tus actitudes, el siguiente paso es saber cuál es la viabilidad de tu idea. Para ello, el Ministerio de Industria ha facilitado una herramienta para diagnosticar el acceso a nuevos mercados. Tiene un funcionamiento y utilidad muy similar a la anterior aplicación pero en este caso, el sistema evaluará si la idea de negocio se adapta al mercado concreto donde quieres lanzar tu producto o servicio y te dará opciones de desarrollo que quizás no habías tenido todavía. Más de un millar de empresas con experiencia internacional, han servido para crear la base de datos de esta útil herramienta.
Una vez sepas cuál es el mercado adecuado y la forma concreta de acceder a él, deberás realizar un análisis DAFO de tu proyecto. El acrónimo significa: Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades y cada una de ellas responde a cómo las diferentes características concretas de tu empresa en ciernes, se comporta en el entorno.
Las debilidades y las fortalezas tienen que ver con tu empresa. ¿Cuáles son tus puntos fuertes y cuáles son tus puntos débiles? Responder a estas preguntas harán que consigas un enfoque distinto sobre tu propio proyecto y servirán para mostrarte dónde están los que corregir y los aciertos que mantener.
Por otro lado; las amenazas y las oportunidades hacen referencia a la relación de tu empresa con el entorno y la competencia. Las preguntas que debes hacerte para conocerlas son: ¿Qué fortalezas propias puedo poner en el mercado para tener éxito? o ¿Qué nichos de mercado existen y cuál es la mejor manera de cubrirlos? Respecto a las amenazas: ¿Qué factores externos incontrolables pueden poner en peligro el desarrollo de mi empresa atacando mis debilidades?
Es de vital importancia adelantarse, en la medida de lo posible, a los acontecimientos. La mejor manera de hacerlo es mediante el autoconocimiento y el autoanálisis. Hay que estar preparado para encajar los golpes y para reconocer los momentos clave en los que dar el 200% para alcanzar el éxito emprendedor.
Puedes aprovechar esta herramienta que te servirá de guía para realizar un DAFO útil y realista.
Por último, y una vez que tengas bien definido el cometido de tu empresa en la sociedad, el Ministerio de Industria pone a nuestra disposición un Juego de simulación empresarial, llamado SIMULA, que reproduce a lo largo de su desarrollo diferentes situaciones a las que un emprendedor debe hacer frente, y así, entrenarse y estar preparado para cuando te toque saltar al terreno de juego.
¿Qué debe aparecer en un plan de empresa?
La respuesta corta es: todo.
La respuesta larga es la siguiente: Como ya hemos dicho, no hay un modelo de plan de empresa, pero en este documento cabe todo lo que haga referencia a tu idea y puede aparecer según la prioridad que tú mismo le des a cada parte de tu proyecto. Lo realmente importante es que no te dejes nada en el tintero. Por nimio o banal que pueda parecer, tener todos los aspectos bajo control es una de las claves del éxito.
Si no sabes bien por dónde empezar, te enumeramos los seis puntos que, sí o sí, deben aparecer bien desarrollados en tu plan de empresa y que responden a los clásicos: Qué, cómo, quién, para qué o para quién, dónde/cuándo y por cuánto.
Producto
¿Qué vas a hacer?, es decir, cuál es tu producto o servicio que vas a ofrecer a la sociedad. ¿Cómo es? ¿Cuáles son sus características diferenciadoras? ¿Qué necesidad cubre? ¿Es viable el concepto? En definitiva, una extensa definición de qué es lo que has pensado vender, cómo y por qué.
Producción
¿Lo vas a fabricar tú mismo o un proveedor? Si es un servicio; ¿cómo lo vas a llevar a cabo? Y una pregunta muy importante: ¿Sabes bien cómo se fabrica y cuánto cuesta fabricarlo?
Productores
¿Necesitas un equipo humano para el desarrollo de tu idea? Si es así, ¿Cuántas personas? ¿Qué cualificación deben tener? Es imprescindible conocer cuántos profesionales vas a necesitar para lanzar al mercado tu idea de negocio. Una mala planificación, ya sea por exceso o por defecto, en este aspecto es, irremediablemente, fatal.
Mercado
¿Quién va a adquirir tu producto o hacer uso de tu servicio? ¿Es necesario? ¿Quién es tu competencia directa? Se debe ajustar al milímetro el público objetivo. Hacer una segmentación adecuada y conocer las amenazas y oportunidades de tu sector te ahorrará muchísimo dinero y tiempo.
Localización
¿Es tu producto o servicio algo tangible? Si es así, debes planificar el lanzamiento, tanto en el tiempo como en el espacio, con sumo cuidado. ¿Cuándo es la mejor época para vender mi producto? y dónde; ¿En gran centro comercial, en un pequeño negocio de barrio? No por llegar a más personas vas a vender más. Lo adecuado es, como ya hemos dicho en el punto anterior, ajustar el tiro y dar en el clavo, o sea, llegar a tu cliente potencial en el lugar y momento adecuado.
Financiación
He aquí el punto que más quebraderos de cabeza suele ocasionar. Necesito saber cuánto va a costar sacar adelante todo el proyecto, cómo obtenerlos y cómo gestionarlos. Sabemos que es muy complicado hacer estimaciones económicas certeras sobre cuestiones que solo son supuestos o todavía están difusas en el horizonte del futuro, pero esto es de suma importancia. No hace falta que relatemos las consecuencias de una mala planificación financiera.
Marketing y Ventas
Las estrategias con las que se va a vender el producto. Para ello, es necesario diseñar al que será el cliente ideal. Asimismo, será necesario realizar un estudio sobre los diferentes canales de captación de atención de dicho cliente potencial. En este sentido, tendrás que pensar en la mejor estrategia, tanto de canales tradicionales como digitales, por lo que puedes atacar para darte a conocer a dicho target.
Para finalizar, queremos hacerte saber que un plan de empresa no es algo grabado en piedra. Una vez lo tengas finalizado, éste no se convierte en una ley de Dios inamovible por los restos de los tiempos. Un plan de empresa es una guía. Una guía que debe servirte para abordar el día a día de tu empresa y que está sujeta a cambios y mejoras de fallos que, seguro aparecerán y que la experiencia junto al camino emprendedor que ya hayas recorrido te harán ver con tanta claridad como con la que verás la solución.
Como ya has podido ver, la creación de éste documento es un trabajo de mucho tiempo que, en realidad, nunca debería acabar y del cual existen pocas referencias, pues, al fin y al cabo, nace de tu ilusión y ambición. Y eso, es algo tan íntimo y personal como lo debe ser todo buen plan de empresa.